En un hecho sin precedentes desde 1962 en Francia, el gobierno de Michel Barnier ha caído tras perder una moción de censura. La histórica votación en la Asamblea Nacional, que concluyó con 331 votos a favor, contó con el apoyo de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen y el Nuevo Frente Popular de Jean-Luc Mélenchon. Marine Le Pen, arquitecta del desafuero, señaló que su intención no era una victoria personal, sino una medida para proteger a los ciudadanos franceses. La acción refleja las profundas divisiones políticas en Francia, donde las alianzas inusuales se forman en oposición al presidente Emmanuel Macron, sobre quien no puede recaer una moción de censura directamente.
Michel Barnier reconoció durante su intervención que su gobierno, un delicado equilibrio de macronistas y conservadores, estaba en minoría y que las dificultades presupuestarias no desaparecerán con su salida. Con una deuda nacional que supera los 3.3 billones de euros, Barnier alertó sobre las consecuencias de retrasar un presupuesto crucial. Mientras tanto, Emmanuel Macron acelera para nominar un nuevo primer ministro en las próximas 24 horas, en un esfuerzo por mantener estabilidad antes de eventos significativos, como la reapertura de Notre Dame. Sin embargo, las tensiones políticas no ceden, y la incertidumbre persiste sobre el futuro político de Francia y la capacidad del sucesor de Barnier para gestionar la crisis fiscal y política.
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