El reciente caso de dopaje del tenista italiano Jannik Sinner, exonerado pese a haber dado positivo por clostebol presuntamente aplicado durante un masaje, ha provocado una ola de críticas en el mundo deportivo por la aparente disparidad en el tratamiento de casos similares. Contrariamente, la patinadora española Laura Barquero, tras un positivo por la misma sustancia, recibió una sanción de cuatro años, aunque luego fue reducida a uno por tratarse de una contaminación accidental con crema Trofodermin. Otros casos de tenistas como el polaco Kamil Majchrzak y la rumana Simona Halep, también sancionados por dopaje, vieron reducidas sus sanciones tras recurrir basándose en ingestas accidentales y contaminaciones inadvertidas, lo que subraya las inconsistencias en la aplicación de las normativas antidopaje.
Leer noticia completa en 20minutos.