La llegada de Elon Musk a Twitter, ahora renombrada como X, ha provocado un éxodo significativo de usuarios hacia la red social Bluesky, especialmente visible en España en las últimas dos semanas. Los cambios introducidos por Musk, desde la alteración del logotipo hasta la implementación de políticas restrictivas, han generado un descontento generalizado. Asimismo, el ambiente en X se ha vuelto más tóxico, exacerbado por desinformación y moderación ineficaz, mientras que el apoyo público de Musk a figuras como Donald Trump ha polarizado aún más la percepción de la plataforma. Esta conjunción de factores ha llevado a los usuarios a explorar alternativas en busca de un espacio digital menos hostil y politizado.
Bluesky, creada por el cofundador de Twitter Jack Dorsey, está ganando adeptos al ofrecer una experiencia similar a la del Twitter original, con la promesa de mayor autonomía y privacidad para los usuarios. Atractiva también por su naturaleza descentralizada, la plataforma se presenta como resistente a influencias corporativas y políticas. La ausencia de publicidad y el enfoque en herramientas de moderación más efectivas contrasta con las recientes prácticas de X, donde muchas funciones gratuitas se han monetizado y la publicidad es omnipresente. Aunque el futuro de Bluesky como líder en el escenario de las redes sociales es incierto, su propuesta ya está captando la atención de aquellos descontentos con los cambios en X, abriendo la puerta a un posible cambio en el paradigma de las redes sociales.
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