En su último año como directora de la Asociación de Abogados de Inmigración de Estados Unidos (AILA), Kelli Stump ha sido testigo de cambios profundos y alarmantes en el sistema migratorio del país. Con Donald Trump de regreso en la Casa Blanca, la administración ha iniciado una operación masiva de deportaciones, reviviendo leyes que permiten expulsar personas sin el debido proceso judicial. Stump, con casi dos décadas de experiencia en litigios de inmigración, describe estos tiempos como «oscuros» y expresa su preocupación por el desdén mostrado hacia las normas y el estado de derecho. Las medidas adoptadas por el gobierno han incluido la reactivación de la Ley de Enemigos Extranjeros y modificaciones en la custodia de inmigrantes, lo que ha limitado el derecho a la fianza bajo la exclusiva autoridad de ICE.
La situación se agrava con los arrestos en tribunales de inmigración y los cambios abruptos en programas como CBP One, que prometían procesos legales para los inmigrantes. Stump destaca la utilización de procedimientos de expulsión rápidos y la detención indefinida de personas, lo que podría llevar a muchos a rendirse y optar por regresar a sus países. A pesar de lo sombrío del panorama, Stump insta a seguir luchando y señala que es crucial contar con un abogado en estos casos complejos. A pesar de los desafíos, mantiene la esperanza en el sistema legal estadounidense para proteger a quienes temen persecución en su país de origen y critica la actual erosión de las normas de asilo, que en otro tiempo formaron uno de los pilares de la nación.
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