Esta mañana, la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, junto con la concejala delegada de Turismo, Almudena Maíllo, y la concejala de Usera, Sonia Cea, se reunieron en el distrito de Usera para supervisar el avance de un ambicioso proyecto. Se trata de la remodelación de un itinerario peatonal que conectará la plaza del Hidrógeno con Madrid Río, una reforma que abarca más de 63.000 metros cuadrados a lo largo de 1,7 kilómetros y que ya ha alcanzado el 35% de su ejecución. Esta iniciativa, con un presupuesto de 8,7 millones de euros provenientes de los fondos europeos Next Generation, tiene previsto finalizar antes de que termine el año.
El proyecto promete un cambio radical en la forma en que se integran los espacios públicos del distrito. En busca de potenciar el reequilibrio territorial, el plan transformará calles y plazas clave, asegurando la accesibilidad y eliminando barreras arquitectónicas. García Romero destacó la importancia de esta intervención al fortalecer no solo la infraestructura urbana, sino también el tejido social del vecindario.
Con un enfoque claro en la sostenibilidad y la mejora medioambiental, la renovación incluirá la plantación de 300 árboles nuevos y 11.200 plantas, con el objetivo de mejorar la biodiversidad y proporcionar sombra a lo largo del recorrido. Además, la implementación de pavimentos permeables facilitará la infiltración de agua pluvial, promoviendo un ciclo del agua más sostenible. Un pavimento azul reconocerá el trayecto, guiando al peatón en su recorrido.
Un aspecto característico de esta renovación será la integración de elementos culturales distintivos de la comunidad china, que residen en la zona, como parte de la estrategia para enriquecer la identidad local. Atracciones como juegos infantiles con forma de dragón se integrarán en la plaza de las Tizas, reflejando esta convivencia cultural.
Esta recuperación urbana no solo mejorará la calidad de vida de los residentes, sino que también potenciará el atractivo turístico del sur de Madrid. Al ofrecer más alternativas culturales y de ocio, se espera dinamizar el comercio y la restauración local, facilitando una distribución más equitativa del turismo en la ciudad y destacando a Usera como un nuevo punto de interés. El propósito es doble: transformar el entorno urbano y postular al distrito como un emblema de diversidad cultural, dentro del paisaje madrileño.
