En México, la historia nunca se desvanece del todo, como bien señaló José Moreno Villa. Este fenómeno se refleja claramente en la manera en que la novela de Jorge Ibargüengoitia, «Las muertas», aborda el escandaloso caso de las hermanas Gómez Valenzuela. Conocidas como «Las Poquianchis», estas mujeres operaban una red de prostíbulos en Guanajuato y Michoacán durante la década de 1960, lo que eventualmente desató una ola de horror e interés internacional al descubrirse una escalofriante trama de asesinatos y entierros clandestinos. Ibargüengoitia, con su característico humor negro, transformó esta historia real en una obra literaria que expone las profundidades de la corrupción y la absurda realidad en la que el trágico y el cómico se entrelazan de manera única en el contexto mexicano.
Recientemente, la obra cobró nueva vida bajo la dirección de Luis Estrada, quien llevó «Las muertas» a la pantalla a través de una serie en Netflix. Con su ya reconocida maestría y un equipo de producción destacado, Estrada logra captar la esencia del novelista, fusionando tanto la literatura como el cine en un reflejo casi fiel de la narrativa original. La serie no solo recrea la trama desgarradora y esperpéntica de Ibargüengoitia, sino que también reaviva el interés por su obra, ofreciendo un nuevo portal a este episodio oscuro y fascinante de la historia mexicana. En esta adaptación, la rica caracterización, el detallado trabajo de ambientación y la vibrante actuación conjugan para entregar al público una experiencia tan hilarante como lúgubre, recordando que en México, el pasado sigue presente.
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