En los últimos años, las marcas blancas han adquirido un protagonismo significativo en los supermercados españoles, al punto de representar el 70% de las ventas en establecimientos como Mercadona. Marcas propias como Hacendado, Bosque Verde, Deliplus, Compy y BabySmile se han consolidado en el mercado, mientras que las marcas de fabricante han reducido su presencia en un 15%.
Más del 80% de los consumidores españoles perciben que las marcas propias ofrecen una calidad comparable a las marcas de fabricante, según un estudio reciente. Este cambio en la percepción ha sido impulsado por la búsqueda de ahorro en un contexto de inflación persistente, donde la calidad y la relación calidad-precio juegan un papel esencial. Según Javier Velilla, socio director de la agencia de branding Comuniza, “las marcas propias no solo son una opción económica, sino que se han convertido en una parte integral de la identidad de las cadenas de supermercados, proporcionando una ventaja competitiva significativa”.
Cadenas como Mercadona y Lidl han sabido capitalizar esta tendencia, fidelizando a sus clientes y simplificando la logística al priorizar sus propias marcas. Estas generan mayores beneficios que las marcas de fabricante, debido a los menores costos de producción y a la eliminación de intermediarios. Según Velilla, esta capacidad de las marcas propias para generar mayores beneficios no solo mejora la rentabilidad de las cadenas, sino que permite ofrecer productos de alta calidad a precios más competitivos.
El incremento en la presencia de productos de marca propia representa un cambio significativo en las preferencias del consumidor hacia opciones más económicas. No obstante, este cambio puede tener implicaciones para la diversidad y la innovación en los productos disponibles. La reducción de marcas de fabricante podría limitar la variedad de opciones para los consumidores y afectar la capacidad de las empresas para innovar.
Los expertos subrayan varias cuestiones que deben ser analizadas para entender mejor esta tendencia. Entre ellas, destacan las motivaciones de los consumidores para preferir marcas propias, el impacto en la innovación y variedad de productos, y la percepción pública sobre esta tendencia. Asimismo, resulta esencial conocer cómo las cadenas de supermercados gestionan la fabricación y comercialización de sus propias marcas y las estrategias que utilizan para construir confianza y preferencia entre los consumidores. La mejora en la calidad y la relación calidad-precio de las marcas propias, su papel en la fidelización de clientes y en la rentabilidad de las cadenas de supermercados, y cómo afecta esta concentración a la competencia y diversidad en el mercado de gran consumo son otros puntos cruciales. Las marcas de fabricante también enfrentan desafíos en este nuevo contexto económico, requiriendo estrategias específicas para adaptarse y competir.
Este análisis ofrece una comprensión integral de cómo las marcas blancas están transformando el panorama de los supermercados en España y sugiere qué podría deparar el futuro del consumo en el país.
