El enfrentamiento entre Barcelona y Real Madrid en la Copa del Rey es una rareza histórica. A pesar de sus 120 ediciones, estos clubes legendarios solo se han cruzado en siete finales previas, con un balance ligeramente a favor del Madrid, que ha conseguido cuatro victorias. No obstante, cada uno de esos encuentros ha dejado una huella indeleble en la memoria futbolística, como la última intervención de Ricardo Zamora en 1936 o el deslumbrante triunfo del Barcelona en el Bernabéu en 1968 en medio de una lluvia de botellas lanzadas por una afición furiosa. Estos enfrentamientos, esporádicos pero intensamente significativos, han forjado momentos cruciales en la evolución de ambos clubes, como la ideológica transformación del Barcelona bajo la batuta de Johan Cruyff.
La década de los años 70 y 80 también fue testigo de finales memorables, como la del 1974, donde el Madrid se impuso contundentemente, o la del 1983, marcada por la controvertida figura de Maradona. La victoria del Barcelona en 1990 significó el resurgir del club bajo la dirección de Cruyff, dando paso al exitoso Dream Team. En la era moderna, José Mourinho redefinió las expectativas del Real Madrid al derrotar al Barcelona en 2011, mientras que en 2014, Gareth Bale dejó su marca con una impresionante carrera que puso fin al ciclo del Tata Martino en el Barça. Estas finales no solo han reforzado la rivalidad histórica entre ambos equipos, sino que también han ofrecido momentos inolvidables que se perpetúan en la historia del fútbol.
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