La selección nacional de fútbol de las Islas Marshall, un país insular de Oceanía anteriormente conocido por la ausencia de un equipo de fútbol, debutó esta semana en un partido amistoso contra las Islas Vírgenes de Estados Unidos. A pesar de la derrota 4-0, el evento marcó un hito significativo para la nación de poco más de 40,000 habitantes, que entró en la escena internacional algo tarde debido a su escasa tradición futbolística. El entrenador Lloyd Owers expresó su emoción al ver a su equipo en la cancha, destacando la importancia de haber competido en este encuentro. Los jugadores, muchos de los cuales tuvieron que solicitar vacaciones en sus trabajos para participar, enfrentaron el partido con nervios y emoción, conscientes de que competían por primera vez en un escenario internacional.
La preparación del equipo no fue sencilla. Se tardó un año en reclutar a los 20 jugadores que representaron a las Islas Marshall, utilizando torneos amateur y campañas en redes sociales para encontrar talentos de origen marshalés. Con solo cinco días para entrenar juntos antes de su gira en Estados Unidos, el enfoque del cuerpo técnico fue tanto técnico como psicológico, integrando elementos religiosos y rutinas en equipo para fortalecer el espíritu del grupo. Además, la ubicación del partido en Arkansas no fue al azar, pues allí reside una amplia comunidad marshallesa. La Federación del país cubrió los costos del evento mediante campañas de microfinanciación y venta de mercancías, con el objetivo a futuro de convertirse en miembros de la FIFA, establecer una liga local y fomentar el fútbol entre mujeres y jóvenes.
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