Durante los últimos días, Qatar ha emergido como líder en los esfuerzos diplomáticos para facilitar la transición política en Siria tras la abrupta salida de Bashar Asad del poder. En Doha, se han intensificado las conversaciones entre los ministros de Relaciones Exteriores de Turquía, Irán, Rusia y sus homólogos árabes, en un intento por diseñar una hoja de ruta para el incierto futuro de Siria. La rápida progresión de los acontecimientos culminó con el sorprendente retiro de Asad sin una batalla significativa, un desenlace inesperado incluso para los mediadores. Majd al Ansari, portavoz del Ministerio de Exteriores qatarí, recalcó que el régimen saliente desaprovechó múltiples oportunidades para dialogar y reconciliarse con su pueblo, destacando así el apoyo continuado de Qatar al pueblo sirio.
En el contexto actual, el papel central de Doha es mantener el diálogo inclusivo entre todas las partes involucradas para asegurar una transición pacífica, evitando errores del pasado en países como Libia. Ansari manifestó optimismo sobre el futuro, haciendo un llamado a preservar la calma y la integridad de las instituciones sirias. También subrayó que tanto Irán como Rusia y otros países vecinos deben participar activamente en estos nuevos arreglos, reformulando sus relaciones a la luz de la nueva administración que surgirá en Siria. Las preocupaciones de seguridad, especialmente en las fronteras como la de Turquía y Siria, deben ser cuidadosamente atendidas para asegurar la estabilidad en la región, enfatizó el diplomático qatarí.
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