El Cónclave, el proceso mediante el cual se elige al nuevo Papa, está compuesto por un máximo de 120 cardenales menores de 80 años. Esta asamblea se reunirá tras el anuncio de la vacante papal y deberá iniciarse en un plazo máximo de dos semanas, conforme a las normas canónicas vigentes. El ceremonial tiene lugar en la Capilla Sixtina del Vaticano, donde los cardenales se encierran para llevar a cabo las votaciones secretas que determinarán al próximo líder de la Iglesia Católica. Este evento no solo capta la atención de millones de fieles en todo el mundo, sino que también es seguido de cerca por figuras políticas y medios de comunicación, dado su impacto en la comunidad internacional y las relaciones interreligiosas.
Con un aura de misticismo y una serie de rigurosas tradiciones, el Cónclave es tanto un evento religioso como un espectáculo mediático. Los cardenales, provenientes de diversas partes del mundo, deliberan y votan en una atmósfera de reflexión espiritual y oración, procurando elegir a un Papa que pueda abordar los desafíos contemporáneos de la Iglesia y ofrecer liderazgo moral en un mundo en constante cambio. A lo largo de este proceso, se busca no solo un líder carismático y con una visión clara, sino también alguien capaz de asegurar la unidad dentro de la Iglesia y responder a las complejidades geopolíticas actuales. La elección del nuevo Papa marcará el inicio de una nueva era para la Iglesia Católica, cuya dirección moral y doctrinal influye significativamente en la vida de más de mil millones de personas.
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