Los 29 miembros de la Fuerza Pública, 27 policías y 2 militares, que fueron secuestrados por el frente Carlos Patiño de las disidencias de las extintas FARC, han sido liberados en una operación que involucró al Ministerio del Interior, la Iglesia y la ONU, liderada por la Defensoría del Pueblo. El secuestro, ocurrido en el corregimiento de El Plateado, municipio de Argelia (Cauca), fue denunciado por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien informó que los oficiales fueron atacados por miembros del frente que se infiltraron vistiéndose de civil. Este frente hace parte del Estado Mayor Central, un grupo disidente conocido por sus actos de violencia en la región del Cauca, un foco de conflicto importante en Colombia debido a la presencia de corredores estratégicos para el narcotráfico.
Las tensiones en el Cañón del Micay, especialmente en El Plateado, se han incrementado como parte de la operación militar Perseo que busca recuperar el control de la zona desde octubre. Sin embargo, a pesar del despliegue de más de mil soldados, los resultados han sido limitados. Los enfrentamientos con las disidencias han mostrado fisuras en la política de paz total del presidente Gustavo Petro, con ataques a comunidades indígenas y a la infraestructura pública, como el reciente derribo de un puente clave. En respuesta a estos episodios de violencia, el Gobierno reanudó las operaciones militares suspendidas previamente en virtud de un cese al fuego, enfatizando su decisión de confrontar las disidencias más agresivas, aunque la situación sigue siendo crítica y el control estatal en la región, escaso.
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