Enfrentar la pérdida de un ser querido es uno de los momentos más difíciles en la vida de cualquier persona. Sin embargo, a la carga emocional se suma, en muchas ocasiones, una carga económica que puede resultar abrumadora. En España, el desembolso necesario para cubrir los costos de un funeral puede tomar por sorpresa a muchas familias, especialmente aquellas que no cuentan con un seguro de decesos. Este contratiempo financiero puede superar fácilmente los 3.700 euros, dependiendo tanto de la ciudad donde se realice la ceremonia como de las prestaciones incluidas en el servicio funerario.
El seguro de decesos se perfila como una solución para mitigar los costos y el estrés asociado con las gestiones que conlleva un fallecimiento. Esta póliza está diseñada para absorber los gastos funerarios, que abarcan desde el ataúd y el tanatorio hasta las flores y esquelas. Asimismo, cubre los trámites administrativos indispensables como la gestión de certificados de defunción y la baja en la Seguridad Social, y en algunos casos, asistencia en repatriación y apoyo psicológico y legal para los allegados del fallecido. La idea es ofrecer no solo un alivio financiero, sino también soporte emocional y logístico en momentos de luto.
Según cifras de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el coste promedio de un entierro sencillo en el país supera los 3.700 euros. No obstante, esta cifra puede variar drásticamente según la ubicación. En Madrid, por ejemplo, los servicios de cementerio pueden alcanzar hasta los 2.035 euros, mientras que en Murcia, el costo se reduce drásticamente a unos 74 euros. Esta disparidad subraya la importancia de una planificación financiera adecuada, un desafío para aquellas familias que no han adquirido un seguro de decesos.
Optar por la incineración puede parecer una alternativa más económica, aunque no siempre es el caso. En Salamanca, por ejemplo, el precio de la incineración puede sobrepasar los 1.100 euros. A estos costos directos se suman otros gastos administrativos como la obtención del certificado de defunción o la tramitación de herencias, gastos que, aunque suelen pasar inadvertidos, incrementan la carga económica en ausencia de un seguro adecuado. La cobertura ofrecida por el seguro de decesos no solo contempla estos costos directos, sino que también facilita la organización del funeral y los trámites necesarios, ofreciendo a las familias un respiro financiero y emocional en momentos particularmente difíciles.