Este martes, China ha iniciado una serie de maniobras militares alrededor de Taiwán, una medida presentada como una «advertencia» a las fuerzas que buscan la independencia de la isla. Estas acciones militares se producen en el contexto de tensiones crecientes tras el discurso del presidente taiwanés, William Lai, quien calificó a China como una «fuerza externa hostil». Lai ha introducido diecisiete contramedidas para menguar la influencia china, destacando el restablecimiento de tribunales militares y un escrutinio más estricto a las visitas de ciudadanos chinos a Taiwán. Estas medidas buscan proteger la seguridad nacional y fortalecer la autonomía de Taiwán frente a Pekín.
Además, Lai enfatizó la necesidad de regular los intercambios económicos y culturales entre ambos lados del Estrecho, destacando el fortalecimiento de la resiliencia democrática de Taiwán. Este enfoque busca disminuir la dependencia económica de China y minimizar las infiltraciones que puedan vulnerar la seguridad de la isla. Las declaraciones de Lai han sido vistas como un cambio significativo respecto a las políticas de la expresidenta Tsai Ing-wen, sugiriendo un intento de revalorar el estatus jurídico de Taiwán. Analistas destacan la importancia de estas medidas en el contexto de las continuas tensiones con China, subrayando la complejidad y el desafío de equilibrar las relaciones con Pekín mientras se protege la soberanía taiwanesa.
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