El equipo dirigido por Hansi Flick sufrió su primera derrota de la temporada en un partido disputado en Mónaco, donde se enfrentaron a un conjunto francés que supo aprovechar las circunstancias del encuentro. Durante los primeros diez minutos, el equipo quedó con un jugador menos, una situación que condicionó el desarrollo del juego y facilitó que los franceses se adelantaran en el marcador. A pesar de la inferioridad numérica, un joven talento del equipo logró igualar el partido, lo que mantuvo las esperanzas hasta que un gol en el minuto 71 sentenció el resultado final.
Este primer varapalo de la era Hansi Flick pone de manifiesto los retos que el nuevo entrenador deberá enfrentar para estabilizar su equipo y alcanzar los objetivos planteados para la temporada. La expulsión temprana obligó al equipo a redoblar esfuerzos defensivos y mostró las dificultades de mantener el nivel competitivo bajo circunstancias adversas. La derrota no solo frustra el inicio de su gestión, sino que también sirve de aprendizaje para futuros encuentros donde la disciplina y las tácticas serán cruciales para evitar situaciones similares.
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