En un nuevo giro a las tácticas delictivas, se ha descubierto que un grupo de ladrones ha estado utilizando uniformes de compañías reconocidas para llevar a cabo robos sin levantar sospechas. Esta metodología permite a los delincuentes moverse con facilidad por las zonas donde cometen los robos, ya que son percibidos como trabajadores legítimos por los vecinos y transeúntes. Las autoridades han alertado a la población sobre la necesidad de verificar cualquier actividad inusual, incluso si quienes la realizan parecen empleados de empresas oficiales. Esta estrategia ha complicado la identificación de los sospechosos, quienes han logrado pasar desapercibidos durante un tiempo considerable.
La investigación policial sugiere que los ladrones aprovechan los accesos que les permite esta apariencia legítima para entrar a edificios residenciales y comerciales. Una vez dentro, cometen el delito y escapan sin provocar alarma. La policía ha intensificado sus esfuerzos para identificar a los integrantes del grupo y ha solicitado la colaboración ciudadana para informar sobre cualquier situación que parezca fuera de lo común. Mientras tanto, las empresas cuyas identidades han sido usurpadas están tomando medidas para incrementar la seguridad y evitar que sus uniformes caigan en manos equivocadas.
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