Las recientes protestas durante la final de La Vuelta en Madrid han desatado una ola de inquietud entre los organizadores de eventos deportivos a nivel mundial, especialmente aquellos que involucran a deportistas israelíes. La imagen del boicot ha trascendido fronteras, planteando la pregunta inquietante: «¿Y ahora, qué?». Con el Tour de Francia programado para iniciar en Barcelona en menos de un año, la posibilidad de que se repitan situaciones similares ha llevado a los medios a alertar sobre los riesgos que este evento podría enfrentar en su próxima edición.
La Asociación del Tour de Francia (ASO) ya ha comenzado a evaluar las condiciones de seguridad necesarias para la celebración de la carrera, y ha solicitado garantías al Gobierno de España para evitar incidentes durante el evento. La posibilidad de reubicar la salida del Tour a una ciudad más segura está sobre la mesa. A medida que se desarrolla la temporada de eventos deportivos, desde el baloncesto hasta la Fórmula 1, estas competiciones servirán como un termómetro para medir la seguridad y estabilidad de los futuros eventos, determinando así la dirección que tomarán los organizadores ante este nuevo panorama global.
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