Tras el trágico homicidio de Juana Canal a manos de su pareja, Ana María, su hermana, decidió transformar su dolor en una causa altruista, convirtiéndose en un pilar fundamental para muchas familias que atraviesan situaciones similares. Enfrentarse a una pérdida tan devastadora la motivó a buscar justicia y apoyo, no solo para su familia, sino también para otras personas en circunstancias desesperadas. Desde su posición como coordinadora de SOS Desaparecidos en Madrid, Ana María ha sido fundamental en la implementación de mecanismos de apoyo y búsqueda para personas desaparecidas, ofreciendo no solo esperanza, sino también camaradería a quienes más lo necesitan.
Bajo su liderazgo, la organización ha fortalecido su presencia en la capital española, brindando asistencia tanto logística como emocional a familiares que padecen la angustia de la desaparición de un ser querido. La historia de Ana María es un testimonio de resiliencia y compromiso, demostrando cómo una tragedia personal puede transformarse en un motor de cambio para la comunidad. Su labor no solo ha generado un impacto positivo en la búsqueda de personas desaparecidas, sino que también ha puesto de relieve la importancia de la colaboración ciudadana y las redes de apoyo en tiempos de crisis.
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