El mercado de la vivienda en España sigue siendo un desafío significativo, con precios que continúan en aumento y poniéndose fuera del alcance de una porción creciente de la población. En junio, el precio medio de la vivienda nueva alcanzó los 3.151 euros por metro cuadrado, y se espera que para finales de 2025 llegue a un récord de 3.291 euros, lo que representa un incremento anual del 8,7%. La producción de viviendas nuevas muestra signos de reactivación, pero sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda estructural del mercado. Además, las viviendas nuevas son un 44% más caras que las de segunda mano, lo que agrava el problema de acceso, especialmente para jóvenes, inmigrantes y la clase media, quienes enfrentan retos cada vez mayores para adquirir una propiedad.
El incremento sostenido de los precios se enmarca dentro de lo que los expertos denominan un «ciclo expansivo», no una burbuja, caracterizado por una demanda sólida, oferta limitada y fundamentos económicos estables. A pesar de los altos precios, la actividad de compraventa sigue creciendo, impulsada por un entorno de financiación más favorable y la participación activa de compradores extranjeros, que representan desde 2023 el 15% del total de las transacciones. Sin embargo, esta dinámica también implica una presión adicional sobre la demanda, que se espera aumente hasta 2039, conforme el número de hogares en España se expanda, especialmente en grandes ciudades. Las actuales políticas gubernamentales apuntan a una solución a largo plazo, pero el acceso a la vivienda sigue siendo un problema urgente sin un remedio inmediato.
Leer noticia completa en El Pais.