Los cambios narrativos y la atmósfera intensa de la segunda temporada de The Last of Us han generado críticas mixtas entre los espectadores, quienes han notado un descenso en la audiencia en comparación con la primera etapa. El final de esta última entrega, transmitido el 25 de mayo, registró 3,7 millones de espectadores, una caída del 30% respecto al estreno de la temporada y un 55% por debajo del finale de la primera, que había atraído 8,2 millones, coincidiendo incluso con la gala de los premios Oscar. Sin embargo, HBO matiza que, en general, la segunda temporada ha superado a la primera en términos de visualización promedio, alcanzando 37 millones de espectadores por episodio.
A pesar de este éxito en global, las cifras de crítica reflejan un descontento notable: la segunda temporada obtuvo un 93% de aprobación crítica frente al 96% de la primera, y un 38% por parte del público en comparación con el 86% anterior. Este cambio se atribuye a un menor protagonismo del popular Pedro Pascal, a un tono más oscuro y a la polémica figura de Abby, interpretada por Kaitlyn Dever. Pese a las quejas, los seguidores de la serie recibirán buenas noticias, ya que HBO ha confirmado una tercera temporada y está en desarrollo una cuarta, asegurando la continuidad de esta atrapante historia en un mundo apocalíptico.
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