En un clima político caracterizado por la creciente polarización y las inquietudes sobre la seguridad electoral, los profesionales de ciberseguridad y la comunidad informativa están en la primera línea de defensa de la democracia estadounidense. En este delicado entorno, es esencial que estos expertos levanten la voz para asegurar que su papel fundamental no sea amenazado por decisiones gubernamentales que busquen estigmatizar a quienes trabajen en estos esfuerzos legítimos.
Recientemente, el expresidente Donald Trump ha tomado una medida drástica al apuntar directamente contra Chris Krebs, exdirector de la Agencia de Seguridad Cibernética e Infraestructura (CISA). A través de una orden ejecutiva, Trump busca revocar las autorizaciones de seguridad de empleados de SentinelOne, empresa donde Krebs ocupa actualmente el cargo de director de información. Esta movida no es sino una secuela del conflicto que se desató cuando Krebs fue despedido en 2020 tras afirmar que la elección presidencial perdió por Trump fue «la más segura en la historia de Estados Unidos».
La orden anunciada por Trump solicita una investigación para «identificar cualquier instancia» en que Krebs o la CISA parezcan oponerse al supuesto compromiso de la administración con la libertad de expresión. Sin embargo, diversos analistas destacan que el cese de Krebs fue en represalia por su postura pública en defensa de la integridad electoral.
Este comportamiento truculento no es nuevo. A principios de año, Trump también dirigió su furia hacia el bufete de abogados Perkins Coie, conocido por su defensa de los derechos de voto y representación de oponentes políticos del expresidente. En ese caso, la reacción de la comunidad legal fue inmediata y potente. Declaraciones públicas y la presentación de informes legales se sucedieron en respaldo a Perkins Coie, mientras ciertas firmas optaron por no enfrentarse a las presiones gubernamentales.
La comunidad de ciberseguridad se encuentra hoy en un punto de inflexión. Es vital que se conjuguen esfuerzos para rechazar este asalto a la libertad de expresión, apoyando a Krebs y a SentinelOne. El temor a represalias políticas no debe silenciar a estos profesionales, quienes desempeñan un rol crucial en la defensa democrática. La Fundación Frontera Electrónica (EFF) se ha posicionado de forma consistente en defensa de este colectivo, proveyendo soporte legal y educativo, fomentando la innovación y protegiendo sus derechos. La EFF ha hecho un llamamiento a los implicados en ciberseguridad, alentándolos a respaldar a Krebs y a SentinelOne, y subrayando la importancia de preservar la independencia de esta comunidad para el resguardo de la democracia y de la propia profesión.