La Universidad ha iniciado una investigación interna tras recibir acusaciones graves de conductas inapropiadas de índole sexual, vejatorias e intimidatorias por parte de un miembro de su comunidad académica. Once personas han detallado estas acciones, que no solo infringen el Código Ético de la institución, sino que podrían ser consideradas delictivas si se corroboran. La dirección enfatiza su compromiso con un entorno seguro y respetuoso para todos, y ha asegurado que tomará medidas estrictas si las denuncias resultan ser ciertas.
El caso ha generado preocupación entre estudiantes y personal, provocando demandas de transparencia y justicia en el proceso de investigación. La institución busca garantizar un manejo adecuado de la situación y ha establecido canales de apoyo para quienes se han sentido afectados. Este asunto subraya la importancia de políticas claras y acciones decididas contra cualquier forma de abuso dentro del ámbito académico.
Leer noticia completa en El Mundo.