La Unesco ha aprobado por unanimidad un documento en su Conferencia General de Samarcanda, haciendo un llamado urgente al uso ético de la neurotecnología. Esta tecnología, que permite la interacción directa con el cerebro, plantea serios riesgos para la privacidad mental, especialmente entre niños y jóvenes. Aunque la neurotecnología médica tiene estrictas regulaciones, sus aplicaciones comerciales carecen de controles, lo que podría exacerbar las desigualdades y permitir el uso indebido de datos neuronales. Esta preocupación se amplifica por la creciente inversión y desarrollo en el sector, sugiriendo una pronta popularización de su uso en dispositivos de consumo masivo.
El informe subraya la importancia de proteger a los menores, cuyo cerebro sigue desarrollándose hasta los 30 años, evitando así efectos irreversibles en su identidad futura. Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, enfatiza que el avance tecnológico debe estar guiado por la ética y la responsabilidad hacia las generaciones futuras. Dafna Feinholz, responsable de bioética de la Unesco, advierte sobre el potencial peligroso de estas tecnologías, aunque reconoce sus beneficios médicos significativos, como el tratamiento de depresión y enfermedades neurológicas. La Unesco insta a los países a desarrollar normativas estrictas para salvaguardar el derecho a la privacidad mental y proteger la sensibilidad de los datos neuronales, evitando que se utilicen con fines comerciales o manipulativos.
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