Desde el miércoles, la ciudad de Ávila enfrenta una emergencia por la contaminación del agua potable debido a un exceso de manganeso. Las tuberías del sistema de distribución, que llevan operando 45 años desde el embalse de Serones, sufrieron desperfectos, lo que ha dejado sin agua potable a alrededor de 60,000 habitantes. La Unidad Militar de Emergencias (UME) se ha desplegado junto con técnicos civiles para reparar las roturas y restablecer la normalidad; sin embargo, las autoridades locales no han podido precisar cuándo se solucionará el problema. Mientras se intenta controlar la situación, el suministro de agua puede usarse solo para fines no consumibles, como la higiene personal.
La movilización de emergencia conlleva el abastecimiento auxiliar de los embalses de Fuentes Claras y Becerril, aunque el elevado nivel de manganeso persiste. El gobierno local, junto a efectivos y apoyo logístico, trabaja para reducir la contaminación que ha disminuido un 50% pero sigue siendo un riesgo para la salud. Los ciudadanos, que han experimentado dificultades en su día a día, recurren a comprar agua embotellada masivamente. La situación ha suscitado críticas respecto a la tardanza en alertar sobre la calidad del agua, ya que muchos vecinos notaron la turbidez en días previos. La administración evalúa inversiones para renovar las infraestructuras hídricas y mejorar la calidad del agua, mientras el alcalde apela a la calma reiterando que las reparaciones están en marcha.
Leer noticia completa en El Pais.