Los gobiernos de la Unión Europea han dado luz verde a las contramedidas propuestas por Bruselas para responder a los aranceles impuestos por Donald Trump, marcando un nuevo capítulo en la guerra comercial entre Estados Unidos y Europa. Con la única oposición de Hungría, los 26 países restantes han aprobado un conjunto de tasas que varían entre el 10% y el 25% sobre más de 1,500 productos estadounidenses. La Comisión Europea ha subrayado que estas medidas son una reacción a lo que consideran aranceles injustificados y perjudiciales para ambas economías, y han manifestado su disposición a encontrar una solución negociada con Washington. Las primeras medidas se aplicarán a partir del 15 de abril, reactivando tarifas previas sobre productos como cigarrillos y maíz dulce, las cuales habían sido suspendidas tras un acuerdo anterior con el expresidente Joe Biden.
En un movimiento estratégico, el whisky bourbon ha sido eliminado de la lista de productos gravados en respuesta a las amenazas de Trump de imponer incrementos del 200% a las bebidas alcohólicas europeas, evidenciando la complejidad del panorama político detrás de las decisiones económicas. La estrategia europea se estructurará en tres fases, con un segundo grupo de productos afectados a partir del 16 de mayo, que incluirá minerales y maquinaria, ampliándose finalmente el 1 de diciembre a productos como soja y almendras. Bruselas estima que estas medidas podrían llegar a generar un impacto económico cercano a los 81,000 millones de euros anuales, una cifra que refleja el desafío que representa esta disputa para el comercio transatlántico. A pesar del preocupante inicio de una recesión comercial, la Comisión relativiza el impacto a largo plazo, anticipando una reducción en el volumen de intercambios con Estados Unidos.
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