En una cumbre celebrada en Bruselas, los líderes de la Unión Europea se comprometieron a explorar «nuevas fórmulas» para abordar la inmigración irregular, respaldados por las propuestas presentadas por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. La controversia surgió con la iniciativa de Italia, que ha comenzado a trasladar migrantes a centros en Albania, una medida que no ha obtenido un consenso unánime entre los 27 miembros. España, junto a Bélgica y Alemania, rechaza esta solución, abogando en cambio por la aplicación del pacto de inmigración y asilo. Durante la cumbre, se acordó además fortalecer la colaboración con países de origen y tránsito para mitigar las causas profundas de la migración y combatir el tráfico de seres humanos. El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha enfatizado la importancia de acelerar la implementación del pacto, cuyo calendario actual prevé vigencia en 2026, solicitando su adelanto al próximo año.
Paralelamente, la cumbre abordó asuntos internacionales urgentes, contando con la participación del primer ministro ucraniano, Volodimir Zelenski, quien expuso su plan de victoria y solicitó unidad y recursos para el ejército ucraniano, alertando sobre la posible intervención de Corea del Norte en el conflicto. Los miembros de la UE reiteraron su apoyo firme a Ucrania y aseguraron la continuidad de la ayuda militar. Además, expresaron su condena al reciente ataque iraní contra Israel, haciendo un llamado a la desescalada y a la protección de los más vulnerables en la región. Este posicionamiento reafirma el compromiso de la Unión Europea con la paz y la estabilidad en el ámbito internacional.
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