Los socialdemócratas, liderados por Dietmar Woidke, han logrado una victoria ajustada en las elecciones en Brandemburgo, situación que ofrece un respiro temporal al canciller federal Olaf Scholz. A pesar de la polarización extrema, el SPD ha conseguido un 30,7% de los votos, dejando a la ultraderecha de AfD muy cerca con un 29,5%. Sin embargo, Scholz no participó en la campaña de Woidke debido a sus bajas tasas de aprobación, lo que plantea serias dudas sobre su idoneidad como candidato en 2025. La necesidad de formar una gran coalición con la CDU y obtener apoyos externos mantiene la gobernabilidad en una posición delicada.
La ultraderecha de AfD continúa consolidando su presencia en el este de Alemania, donde los resultados recientes en Turingia y Sajonia han mostrado su creciente influencia. Aunque existen vetos para los pactos con AfD, la estabilidad gubernamental está cada vez más comprometida. La Alianza Sarah Wagenknecht, que comparte el discurso anti inmigración de la ultraderecha, también ha conseguido un significativo apoyo, lo que podría influir en la política hacia Ucrania, si llega a tener un rol clave en las elecciones federales de 2025. La situación política revela la fragmentación y el descontento en las antiguas regiones de la RDA, complicando el panorama electoral para los próximos años.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.