En los últimos años, ha habido una disminución notable en el tiempo que dedicamos a interactuar con amigos y familiares a través de las redes sociales. A pesar de esta tendencia, estas plataformas han logrado mantener sus negocios al inundar nuestras pantallas con contenido de baja calidad. Este fenómeno, denominado «enshittification» por el escritor Cory Doctorow, se refiere a la degradación de la experiencia del usuario causada por la proliferación de contenido irrelevante o de baja calidad, impulsado por algoritmos que priorizan la rentabilidad sobre el bienestar del usuario.
La «enshittification» destaca un cambio en el enfoque de las redes sociales, que han pasado de ser espacios de conexión auténtica a convertirse en negocios enfocados en maximizar ingresos a través de la publicidad y el contenido sensacionalista. Esta transformación ha llevado a muchos usuarios a reconsiderar su presencia en estas plataformas, cuestionando el valor y propósito de su interacción digital. Mientras tanto, las empresas de redes sociales continúan evolucionando sus estrategias para retener usuarios, desafiando continuamente el equilibrio entre generar ingresos y mantener la calidad de la experiencia del usuario.
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