La preparación y el procesamiento de alimentos son factores cruciales en la formación de compuestos potencialmente carcinogénicos, según nuevos hallazgos científicos. Métodos como freír, asar o cocinar a altas temperaturas pueden promover la aparición de sustancias químicas dañinas, aumentando el riesgo de desarrollar cáncer en individuos que frecuentemente consumen dichos alimentos. La investigación señala que el tiempo de cocción y el tipo de calor aplicado son determinantes para la generación de estos compuestos, instando a un cambio hacia técnicas de cocción más suaves, como hervir o cocinar al vapor, para minimizar los riesgos para la salud.
Los expertos sugieren que los consumidores también deben tener en cuenta el tipo de alimentos que eligen y cómo se exponen a las cocinas industriales altamente procesadas y aderezos industriales, conocidos por contener aditivos que podrían potenciar la formación de agentes carcinógenos durante el cocinado. Además, la gestión adecuada en la preparación de comidas caseras, incluyendo el uso de aceites estables a alta temperatura y la evitación del quemado de alimentos, puede ser clave para reducir los riesgos asociados. Este enfoque preventivo se perfila como una estrategia integral no solo para mejorar la salud individual sino también para fomentar prácticas alimenticias más seguras a nivel comunitario.
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