La Super Bowl LIX se consolidó como el evento televisivo más visto en la historia de Estados Unidos, alcanzando una audiencia sin precedentes de 127,7 millones de espectadores, según Nielsen. El enfrentamiento, aunque resuelto en gran parte durante la primera mitad, mantuvo el interés del público gracias a la presencia del presidente Donald Trump y la cantante Taylor Swift, quienes atrajeron miradas en el estadio. La cobertura del partido, emitida por Fox y sus asociados, registró un pico de espectadores en el segundo cuarto, cuando la diferencia en el marcador ya era notable. Este fenómeno televisivo no solo reafirma la popularidad avasallante del evento en el país, sino que también destaca las elevadísimas tarifas publicitarias, con espacios comerciales de medio minuto alcanzando los ocho millones de dólares.
A nivel internacional, la NFL continúa sus esfuerzos por expandir su audiencia más allá de las fronteras estadounidenses. Recientemente, ha anunciado que Australia será el próximo destino en albergar partidos de la liga en 2026, sumándose a otros países como Inglaterra, Alemania y México que ya han acogido encuentros. Asimismo, España se prepara para recibir su primer partido en 2025 en el prestigioso estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Estos movimientos buscan consolidar la presencia global de la NFL, mientras en Estados Unidos la demanda por este tipo de eventos sigue en auge, como refleja también la creciente popularidad de las retransmisiones en español a través de Telemundo y Fox Deportes.
Leer noticia completa en El Pais.
