Gabriela llegó al reality «Supervivientes» con la emoción a flor de piel, esperando reunirse con su novio Manuel. Sin embargo, el programa la sorprendió al prepararle un encuentro totalmente inesperado con Anita y Montoya. Sandra Barneda, la conductora, reveló que Gabriela se vestiría de camarera mientras Anita y Montoya, ajenos a esta situación, creían que disfrutarían de una cena romántica. Al llegar Gabriela, el ambiente se transformó: la sorpresa fue palpable cuando, con tono sarcástico, ella entró en acción recordando su rol previo como tentadora de Montoya en otro reality.
La tensión escaló rápidamente cuando Gabriela cuestionó el cambio en Anita desde su relación con Montoya, acusándola de «perrito faldero». Anita, lejos de lanzarse a la confrontación, defendió su carácter competitivo y reprobó las críticas recibidas hacia su novio. Pese al intercambio de palabras, ambas optaron por cerrar el encuentro con un abrazo inesperado, lo que contrastó con la actitud de Montoya, quien se mostró más combativo y expresó su cansancio ante el repetitivo triángulo amoroso. Finalmente, Sandra Barneda ofreció a Anita y Montoya una cena a solas como recompensa si mantenían el secreto de Gabriela en Honduras hasta su reencuentro con Manuel.
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