Las mafias asiáticas, conocidas por sus rituales secretos que refuerzan la lealtad de sus miembros, han fortalecido su presencia en Europa, especialmente las tríadas chinas. Estas organizaciones criminales, que encuentran sus raíces en las sociedades secretas surgidas tras la caída de la dinastía Ming en el siglo XVII, han evolucionado de ser un componente místico y patriótico a ser potentes estructuras delictivas. Recientemente, una operación policial coordinada por Europol desmanteló la red Tian Xia She en varias ciudades españolas, revelando un complejo esquema de trata de personas, tráfico y extorsión.
Las tríadas chinas, con su impacto internacional, llevan años extendiendo su influencia en ciudades europeas como Londres, París y Ámsterdam, y han logrado establecer una significativa presencia en España debido a la diáspora china. Aprovechan estructuras clandestinas y colaboraciones con otras mafias europeas, como las rumanas y albanesas, para diversificar sus actividades, que incluyen tráfico de drogas, armas y personas, así como blanqueo de dinero y extorsión. A pesar de su discreción, estas mafias siguen siendo una de las mayores amenazas criminales, operando bajo un estricto código de lealtad y rituales de iniciación que consolidan una red casi inquebrantable.
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