En una celebración que destaca por su colorido y sentido de comunidad, el distrito Centro de Madrid ha vuelto a vibrar con la festividad de San Blas, organizada por la Junta Municipal de Centro en colaboración con varias asociaciones madrileñistas. La fecha, que además señala el inicio del regreso de las aves migratorias desde África, se ha convertido en un momento clave para los vecinos, quienes se reunieron para mantener vivas las costumbres y tradiciones locales.
Carlos Segura, concejal del distrito, fue uno de los protagonistas de la jornada al participar activamente en el evento. En la Iglesia de El Salvador y San Nicolás, acompañó al romero mayor, Luis María González, durante la lectura del pregón. Segura destacó la importancia de la romería como un medio para fortalecer los lazos comunitarios. «Esta romería es una oportunidad para que los vecinos se reúnan, celebren juntos las tradiciones y contribuyan así a mantener vivas nuestras costumbres», afirmó el concejal.
La procesión, un elemento central del evento, partió de la iglesia en la calle de Atocha y recorrió la Cuesta de Moyano hasta llegar a El Retiro. Durante este recorrido, los asistentes disfrutaron de la música tradicional de los grupos Magerit Dulzaina Viva y Calderón de la Barca, quienes llenaron el aire con las dulces notas de dulzainas y gaitas castellanas.
Una vez en el icónico parque de la capital, la jornada continuó con la celebración de la liturgia y la ceremonia de la bendición. Los presentes participaron en el reparto de panecillos y cintas del santo, una tradición que simboliza la protección y los buenos deseos. El ambiente festivo se completó con bailes y juegos tradicionales, ofreciendo a los asistentes una oportunidad única para revivir y compartir las costumbres que enriquece el tejido cultural de Madrid.
Este evento no solo rinde homenaje a San Blas, sino que también refuerza la identidad colectiva del distrito, creando un puente entre lo antiguo y lo contemporáneo. El éxito de la romería de este año es testimonio del compromiso de la comunidad por preservar sus tradiciones más queridas, demostrando una vez más que Madrid, en su esencia diversa y multicultural, valora profundamente sus raíces.
