El Inter de Milán se ha convertido en un enigma para los equipos más potentes de Europa, en una temporada en la que alcanzaron la final de la Champions League sin haber sido derrotados por grandes clubes como el Manchester City, Arsenal, Bayern Múnich y Barcelona. Con una táctica centrada en la impecable defensa y un medio campo fortalecido por veteranos como Henrikh Mkhitaryan, de 36 años, la escuadra milanesa se presenta como un adversario inabordable, según afirma el propio jugador armenio. La media de edad del equipo, la mayor entre los 36 participantes de la Liga de Campeones, no ha sido un impedimento, sino más bien una ventaja que combina experiencia y estrategia. Hakan Çalhanoglu, otro talento del equipo, se ha reinventado bajo la dirección de Simone Inzaghi, desarrollando un perfil más organizativo.
El éxito del Inter no solo se debe a la sabiduría en el campo, sino también a una gestión inteligente y austera fuera de él. A pesar de un contexto financiero difícil, con pérdidas significativas y un cambio de propiedad debido a deudas no solventadas, el club ha conseguido realizar operaciones rentables en el mercado de fichajes. La incorporación de jugadores como Sommer y Marcus Thuram, que llegó libre, ha fortalecido la plantilla sin exceder costos. Bajo el liderazgo de Inzaghi, el Inter no solo ha vuelto a posicionarse entre los grandes de Italia, sino que también sigue compitiendo con fuerza en Europa, enfrentando desafíos financieros con determinación y una clara visión estratégica.
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