En el Día Mundial de la Salud Mental, expertos y organizaciones han resaltado el profundo impacto psicológico que tienen eventos como inundaciones, terremotos, pandemias, violencia, pobreza, desahucios y desempleo en la población. Estos eventos no solo ocasionan pérdidas materiales, sino que también desencadenan emociones intensas como tristeza, depresión e incertidumbre, afectando el bienestar mental de millones de personas a nivel global. La salud mental ha cobrado especial relevancia, subrayándose la necesidad de abordar estos efectos como parte integral de cualquier respuesta a crisis, para así mitigar las secuelas psicológicas a largo plazo.
La comunidad internacional, liderada por organizaciones como la OMS, insta a los gobiernos y entidades privadas a intensificar esfuerzos en la promoción de servicios de salud mental accesibles y eficaces para todos, especialmente las comunidades más vulnerables. El llamado enfatiza la importancia de no solo reaccionar ante las crisis existentes, sino también de establecer sistemas de apoyo preventivo que fortalezcan la resiliencia emocional. Este enfoque busca no solo contener los efectos inmediatos de tales experiencias traumáticas, sino también asegurar un camino hacia la recuperación y el bienestar sostenido para las sociedades afectadas.
Leer noticia completa en El Mundo.