En los últimos meses, las rentas bajas y las pequeñas y medianas empresas (pymes) han sentido profundamente el impacto económico, reflejado en una reducción notable de su consumo y facturación. Este fenómeno económico ha sido provocado por una confluencia de factores, entre ellos el incremento del costo de vida y las dificultades de acceso al crédito. Los expertos señalan que las medidas económicas implementadas no han tenido el alcance esperado para mitigar las dificultades de estos grupos, que son pilares fundamentales en el tejido económico del país.
Las pymes, en particular, enfrentan dificultades significativas para mantener sus operaciones, lo cual se traduce en una menor contribución al Producto Interno Bruto y un posible aumento en el desempleo. Además, el consumo de las familias de ingresos bajos ha disminuido, afectando de manera directa sectores clave como el comercio minorista y los servicios. Los analistas sugieren que, de no implementarse medidas de apoyo más efectivas, la recuperación económica podría enfrentar una ralentización, con consecuencias a largo plazo para la estabilidad social y económica del país.
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