La policía desmanteló una red de narcotráfico que camuflaba sus operaciones bajo la apariencia de una empresa de pintura. Los delincuentes, ingeniosamente disfrazados como pintores y vestidos con monos de trabajo, utilizaban camiones de transporte de palés para encubrir su verdadero negocio: la distribución de cocaína. Las autoridades descubrieron que los ladrillos de droga se ocultaban cuidadosamente dentro de envases de pintura, un método diseñado para evadir los controles de seguridad y pasar desapercibidos durante el transporte.
La operación policial, que culminó tras meses de investigaciones, permitió la incautación de varios kilos de cocaína y el arresto de numerosos miembros de la organización. Este caso destaca por el ingenio con el que los narcotraficantes lograron integrar sus actividades ilícitas en un entorno laboral legítimo, haciendo aún más complejo el trabajo de las fuerzas de seguridad. Las autoridades continúan analizando la magnitud de la red y el alcance de sus operaciones, subrayando la importancia de la colaboración internacional en la lucha contra el narcotráfico.
Leer noticia completa en El Mundo.