Durante este verano, León experimentó seis días de altas temperaturas, mientras que Málaga registró 12. Sin embargo, León presentó una tasa de mortalidad tres veces mayor atribuida al calor (58 por cada 100.000 habitantes) en comparación con Málaga (18). Estas cifras forman parte de un análisis realizado mediante la aplicación científica MACE, que muestra que las provincias interiores y envejecidas son más vulnerables a las olas de calor extremas que las zonas costeras acostumbradas al calor. Según el Instituto de Salud Carlos III, el calor extremo causó unas 2.190 muertes en España este verano. Sin embargo, MACE, que también considera temperaturas moderadas, estima un total de 11.883 fallecidos. Disparidades provinciales en mortalidad se atribuyen a factores como la media de edad, infraestructura y condiciones socioeconómicas.
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