La cumbre de la OTAN en Washington, coincidiendo con su 75 aniversario, condenó el apoyo de China a Rusia en la guerra de Ucrania, calificándolo de «facilitador decisivo» que agrava la inseguridad euroatlántica. La declaración conjunta resaltó la necesidad de que China cese su respaldo a Moscú y cumpla sus compromisos internacionales, incluso para evitar impactos negativos en sus intereses. La organización reiteró el ingreso «irreversible» de Ucrania, sin fecha concreta, y anunció una asignación de 40.000 millones de euros en asistencia militar para el próximo año. Otros temas abordados incluyeron el refuerzo del flanco sur, atención a amenazas del Sahel y Oriente Medio, y la exclusión de la guerra en Gaza como tema de la cumbre.
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