Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, ha viajado a Rabat para presidir el Consejo Mundial de la Internacional Socialista, en un momento en que los socialistas españoles buscan promover el ascenso de su homólogo marroquí, la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), actualmente en la oposición. La visita de Sánchez, quien comparte la presidencia del evento con Driss Lachgar, secretario general de los socialistas marroquíes, ha generado críticas y preocupaciones dentro de la disidencia marroquí. Desde el exilio, Nawal Benaissa, prominente figura de las protestas del Rif, ha criticado la deferencia del PSOE hacia el régimen de Mohamed VI, señalando que este acercamiento ignora las injusticias y el encarcelamiento de opositores políticos en Marruecos.
Paralelamente, la represión sigue siendo una inquietante constante en el país norteafricano. La falta de indultos para destacados opositores, incluido Naser Zefzafi, líder del Movimiento Hirak del Rif, y Mohamed Ziane, exministro y crítico abierto del régimen, evidencia un endurecimiento de las tácticas gubernamentales. Mientras tanto, la Internacional Socialista debate temas globales en un contexto donde la situación de los derechos humanos en Marruecos se vuelve cada vez más preocupante, con denuncias de organizaciones internacionales como Human Rights Watch. Estas organizaciones documentan la persecución a periodistas y activistas mediante cargos que consideran fabricados, reflejando un sombrío panorama de libertades en el país.
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