El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha anunciado su dimisión ante la creciente presión política y social, indicando que ya no puede soportar más la situación. A pesar del anuncio, se mantendrá en funciones hasta que se publique el nombramiento de un nuevo líder en el Boletín Oficial del Estado, y continuará como diputado autonómico. Este movimiento ha generado críticas desde diversas figuras políticas, incluyendo a Diana Morant del PSPV, quien califica la dimisión como un alivio parcial y acusa a Mazón de refugiarse en el Parlamento para evitar responsabilidades legales. Desde Compromís y Podemos, la dimisión ha sido vista como insuficiente, con Joan Baldoví y Pablo Fernández criticando la falta de claridad y asegurando que el anuncio no resuelve la crisis política actual.
El panorama político se ha intensificado con denuncias de inacción y negligencia en la gestión de la reciente dana, lo que ha provocado la crítica de varios partidos de izquierda. Compromís pide elecciones anticipadas, mientras que Podemos y Izquierda Unida señalan al Partido Popular y sus aliados de Vox como cómplices al haber mantenido su apoyo a Mazón durante el último año. Estas críticas subrayan un clima político tenso, donde se acusa al PP de asociarse con la ultraderecha y de ser responsables del retroceso en la gestión autonómica. La salida de Mazón, aunque aún no oficializada, marca un momento de incertidumbre y expectativas de cambios significativos en el liderazgo regional.
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