El cólera continúa azotando Haití, con más de 2,800 casos sospechosos y 91 confirmados desde diciembre pasado, reportó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta ahora, la enfermedad ha cobrado 36 vidas en medio de una crisis que afecta principalmente a los asentamientos de desplazados. Entre el 13 y el 19 de julio, se registraron 34 nuevos casos sospechosos en seis departamentos del país.
Las áreas más afectadas incluyen la capital, Puerto Príncipe, y varias regiones del norte, donde se han identificado cinco focos de transmisión activa. Farhan Haq, portavoz de la ONU, informó que las autoridades sanitarias, en colaboración con la OMS, están manejando la situación.
El problema se agrava por el acceso limitado a agua potable y servicios de saneamiento, lo que pone en evidencia la fragilidad del sistema de salud haitiano. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) resalta que, pese a los esfuerzos realizados, la respuesta es insuficiente debido a la escasez de financiamiento y la inseguridad prevalente en el país.
En un intento de mitigar la propagación del cólera, en Artibonite se han distribuido tabletas purificadoras de agua y sales de rehidratación oral. Además, en el centro de Haití se han instalado estaciones de lavado de manos y se han ampliado las actividades comunitarias. Las regiones del norte, por su parte, están implementando la desinfección de letrinas y viviendas.
No obstante, OCHA advierte que el sistema de salud está fuertemente presionado y carece de los recursos necesarios. «Es necesario un apoyo adicional urgente para fortalecer la respuesta de salud pública y prevenir nuevos brotes entre las poblaciones más vulnerables», destacó la organización.
De los 908 millones de dólares solicitados para el Plan de Necesidades y Respuesta Humanitaria, solo se han recaudado 79 millones, lo que representa menos del 9% de lo requerido. La comunidad internacional enfrenta un desafío crucial para apoyar a Haití en esta crisis de salud.