La agencia de espionaje israelí Mossad insertó explosivos en 5.000 buscapersonas taiwaneses encargados por el grupo libanés Hezbolá, según fuentes de seguridad libanesas. Estos dispositivos, fabricados por la empresa taiwanesa Gold Apollo, fueron manipulados por Israel antes de llegar al Líbano. El martes, los explosivos fueron detonados de forma remota, causando la muerte de nueve personas y hiriendo a casi 3.000, incluidos combatientes de Hezbolá y el enviado de Irán a Beirut. La operación ha revelado una brecha de seguridad significativa en Hezbolá, y se sospecha que un mensaje falso, enviado bajo la apariencia de la cúpula del grupo, activó los dispositivos explosivos.
Hezbolá y el Ministerio de Exteriores libanés catalogaron el incidente como un «ataque cibernético israelí,» aunque Israel todavía no ha emitido una declaración oficial sobre el suceso. El Estado israelí, conocido por su política de ambigüedad en tales casos, permanece en silencio. Anteriores operaciones atribuidas a Israel y nunca confirmadas incluyen el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyah, en julio pasado en Teherán. La Casa Blanca, por su parte, afirmó no tener conocimiento previo de esta operación y negó cualquier implicación de Estados Unidos en el incidente.
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