Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, ha criticado severamente el nuevo sistema de ayuda humanitaria en Gaza, gestionado por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), controlada por EE. UU. e Israel. En una rueda de prensa en Berlín, Lazzarini describió el mecanismo como «una abominación» que pone en peligro las vidas de quienes intentan acceder a la asistencia. La situación es crítica, pues desde que se instauró este sistema, cientos de personas han muerto al intentar acceder a alimentos básicos, generando una ola de críticas internacionales. A pesar de un bloqueo parcial levantado por Israel, los palestinos se enfrentan al riesgo de ataques mientras buscan provisiones.
Lazzarini también ha expresado preocupación por los problemas financieros de la UNRWA, que enfrenta una campaña de desinformación que la acusa sin fundamentos de actividades terroristas. Ha solicitado un mayor apoyo financiero y político, especialmente de países como Alemania, para continuar con su labor humanitaria. La situación es tan precaria que la agencia podría tomar decisiones drásticas si no se aseguran fondos adicionales. Ha subrayado que la UNRWA no tiene capacidad militar ni policial, dependiendo de los Estados miembros para obtener recursos y resolver la crisis humanitaria en la región.
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