A principios de los noventa, Alessandra Martín, entonces una niña de ocho años, reveló que el cura Lluís Tó, responsable religioso de primaria en el colegio Sant Ignasi de Barcelona, abusaba de ella. Ante la inacción del centro, sus padres llevaron el caso a la justicia, logrando la primera condena por pederastia en España. Este incidente forma parte del documental «La Fugida», que expone cómo los jesuitas catalanes trasladaban a sacerdotes acusados de pederastia al colegio Juan XXIII en Cochabamba, Bolivia, permitiéndoles seguir abusando de menores impunemente. Mientras el cura encontró refugio en América, Alessandra fue apartada del colegio por perturbar la paz escolar.
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