La Oficina Electoral Central de Rumania ha rechazado la candidatura del ultranacionalista Calin Georgescu para las elecciones presidenciales, previstas para los días 4 y 18 de mayo. La decisión surge tras la anulación de la primera vuelta electoral de noviembre pasado por el Tribunal Constitucional, citando sospechas de financiación ilegal y supuesta injerencia rusa a través de redes sociales como TikTok para favorecer a Georgescu. Las autoridades electorales han aprobado la candidatura de Dan Nicusor, el actual alcalde de Bucarest, y consideran reclamos contra Crin Antonescu, de la coalición proeuropea del actual gobierno. A la espera de la ratificación por el Constitucional, que debe decidir en un plazo de 48 horas tras recibir recursos, la expectativa se centra en cómo esta resolución podría afectar la tensa escena política del país.
La polarización en la sociedad rumana se ha intensificado, con Georgescu ganando respaldo pese a controversias sobre sus posturas extremas y fascinación por el fascismo de los años 30. Manifestaciones masivas han mostrado apoyo al candidato, quien fue arrestado brevemente por cargos de formar parte de una organización fascista y antisemita. A nivel internacional, la situación ha desatado reacciones variadas, con la Comisión Europea respaldando la intervención judicial mientras figuras estadounidenses como J.D. Vance y Elon Musk critican la anulación del proceso electoral. Además, una investigación en curso vincula a Georgescu con la creación de un grupo que pretendía desafiar el orden constitucional y retirar al país de la OTAN, lo que ha llevado a la expulsión de diplomáticos rusos por su presunta implicación. Las encuestas muestran a Georgescu con un considerable apoyo popular, planteando un futuro incierto para la política rumana.
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