Cada vez son más las voces que se alzan en contra de la burocracia española en la convalidación de títulos extranjeros, un proceso que, según afectados tanto españoles formados fuera como extranjeros, se caracteriza por su lentitud y falta de eficacia. La situación genera frustración, ya que quienes obtuvieron sus títulos académicos en el extranjero encuentran barreras significativas para poder ejercer sus profesiones en España. Este obstáculo afecta especialmente a sectores críticos como la salud y la educación, donde la falta de personal cualificado podría mitigarse con la integración de estos profesionales, si los trámites fueran más ágiles y eficientes.
Extranjeros y repatriados coinciden en que la burocracia no solo es lenta, sino también confusa e inconsistente. Denuncian que la demora en los trámites les obliga a aceptar empleos fuera de su ámbito de especialización, desaprovechando su formación y generando una pérdida de talento cualificado en el país. Esta situación también tiene repercusiones económicas, pues numerosos profesionales optan por buscar oportunidades en países con procedimientos de convalidación más claros y rápidos, exacerbando aún más la fuga de cerebros. Ante esta problemática, urge una revisión profunda del sistema de convalidación para evitar que talento altamente capacitado siga marchándose de España o, peor aún, quedándose sin reconocimiento y desaprovechado.
Leer noticia completa en El Mundo.