En el último año, la cifra de agresiones físicas y peleas ha experimentado un preocupante incremento del 12%, lo que ha encendido las alarmas entre las autoridades locales. Este aumento pone de manifiesto una creciente problemática en las ciudades, donde la convivencia se ve afectada por situaciones de violencia que, en muchos casos, terminan sin ser denunciadas. Fuentes policiales señalan que este crecimientose debe a una variedad de factores, desde el estrés post-pandemia hasta un aumento en el consumo de alcohol y otras sustancias en contextos recreativos. Las estadísticas reveladas por las autoridades también subrayan que un número significativo de estos incidentes involucra a jóvenes y adolescentes, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad en espacios públicos y la necesidad de medidas preventivas más efectivas.
Ante este panorama, las respuestas institucionales no se han hecho esperar. Los cuerpos de seguridad han intensificado las patrullas en zonas consideradas de alto riesgo y se han implementado campañas de concienciación dirigidas a la ciudadanía para promover la resolución pacífica de conflictos. Además, los expertos destacan la importancia de trabajar desde la educación para inculcar valores de respeto y tolerancia desde edades tempranas. Mientras tanto, el gobierno local ya está evaluando la posibilidad de implementar nuevas normativas que regulen de manera más estricta la venta y el consumo de alcohol durante la noche, en un intento por mitigar las causas que puedan estar exacerbando este preocupante fenómeno.
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