Hassan Jafar Qassir, yerno del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, ha muerto en un reciente ataque aéreo del Ejército de Israel en el barrio de Mezzeh, en Damasco, Siria. El ataque, que tuvo lugar este miércoles, marca otro golpe significativo para Hezbolá, ya que sigue a la muerte del hermano de Hassan, Muhammad Jafar Qassir, quien falleció en un ataque en Beirut el mismo día. Estos eventos ocurren en un contexto de tensión creciente entre Irán e Israel, con este último apuntando sistemáticamente a líderes de Hezbolá en diversas operaciones, que en la última semana han dejado decenas de terroristas muertos y heridos. En respuesta a una operación previa que apuntó a Nasralá, Irán lanzó un ataque contra Israel, intensificando aún más el conflicto.
La pérdida de los hermanos Qassir, figuras prominentes dentro de Hezbolá, no solo representa un golpe en la estructura del grupo, sino que también evidencia la violencia que caracteriza al conflicto en Oriente Medio. Desde la Guerra del Líbano en 1982, ambos hermanos habían marcado su presencia en el grupo, con Muhammad coordinando el tráfico de armas iraníes y Hassan afianzando lazos con Irán a través de su matrimonio. Ante la reciente ofensiva de Israel, el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, ha optado por protegerse en un búnker, mientras Hezbolá, considerada ya descabezada, enfrenta inseguridad en su liderazgo tras las operaciones de los últimos días. La reacción de Estados Unidos, que había ofrecido una recompensa por Hassan, subraya la dimensión internacional del conflicto y sus implicaciones geopolíticas.
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