La moción impulsada por la oposición de Corea del Sur para destituir al presidente Yoon Suk-yeol no logró el respaldo suficiente en la Asamblea Nacional luego de que el partido gobernante evitara el cese del mandatario. La iniciativa, que requería el apoyo de 200 de los 300 legisladores, fracasó al contar solamente con 195 papeletas debido a que la mayoría de los diputados oficialistas abandonaron el hemiciclo, impidiendo así alcanzar el quórum necesario. Woo Won Shik, presidente de la Asamblea, intentó sin éxito persuadir a los legisladores para regresar al pleno, y finalmente, la votación quedó suspendida antes de agotar el plazo previsto.
En paralelo, la Asamblea también rechazó abrir una investigación contra la primera dama Kim Keon Hee por presunta manipulación de acciones y favoritismo electoral, al obtener solo 198 de los 200 votos requeridos para avanzar con la comisión. Mientras tanto, en las calles de Seúl, cerca de 150,000 personas, según la policía, o un millón, según los organizadores, se manifestaron exigiendo la renuncia de Yoon tras haber decretado brevemente la ley marcial en medio de tensiones políticas. En respuesta a las críticas, el presidente pidió disculpas por la controvertida medida, asegurando que fue una decisión tomada por desesperación y prometió no repetirla en el futuro.
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